miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ensayo sobre Sasturain


Año 1985. Primavera alfonsinista. En el kiosco de revistas una grata novedad “Fierro Historietas para sobrevivientes”. Grandes ilustraciones, monstruos de la historieta, info de la buena y mucho talento de acá y de allá.

No tardé en convertirme en fan, espiando desde el bondi las nuevas tapas cada vez que un nuevo número ganaba la calle, juntando el austral con cuarenta y sentándome en alguna plaza a disfrutar a Pratt, Manara, Breccia, Fontanarrosa, el subtemento óxido, el tomi, Nine y muchos más.

Al mando de esa nave había un tipo con un apellido vasco -casi armenio- Juan Sasturain. Fueron años felices, mes a mes la revista aseguraba adrenalina. Historietas por capítulos, suplementos y de vez en cuando un número extra con montones de material y de yapa un poster que por lo general “buscaba pared”.

La híper la dejó golpeada y creo que fue para la época de la revolución productiva y el salariazo que dejó de salir.

Años después me topé con un título “Manual de perdedores” y yo que venía con un par de goleadas en contra me pregunté quién había escrito eso. Era Juan. Lo compré inmediatamente y lo leí casi de corrido. Salí a buscar más y me encontré con Zenitram, Los Sentidos del Agua y La mujer ducha, libros que he vuelto a leer varias veces.

No soy crítico literario ni nada parecido pero por el placer que me causaron no dudo en recomendarlos, si tienen la oportunidad, léanlo, se van a encontrar con historias fantásticas y muy bien contadas, tocando incluso temas como la violencia de los setenta sin perder el humor pero con cuidado y respeto, cosa muy rara de leer hasta hoy.
Por Emiliano Chrestia, colaborador de Mirada Periodística